Feliz año nuevo
Feliz año, es lo que todo el mundo deseamos, y, por lo menos yo, lo hacemos de corazón, esperando que se cumplan los buenos propósitos y deseos de todo el mundo y como no, los mios también.
Espero sobre todo que el próximo sea un poquito mejor que el que termina, que en algunos aspectos ha sido maravilloso, he visto culminado el sueño de publicar mi primer libro, quizás con eso debería bastarme, pero claro hay cosas que no han estado tan bien, como por ejemplo la economía.
Sé que no debería quejarme, pero es que cuando la economía no va bien todo se desmorona, los problemas crecen y se multiplican, parece que todo se estropea a la vez, o lo que es peor hasta las relaciones personales se ven afectadas, no puedo ni debo quejarme porque en casa somos una piña y aportamos cada uno nuestro granito para que los problemas se solucionen de la mejor manera posible, pero están ahí y cada vez cuesta más. No era mi propósito quejarme, lo que pasa es que se me van los dedos y me traiciona el subconsciente.
Finalmente quiero desear un muy feliz año que realmente era el propósito de este post, que cada uno con sus creencias y sus tradiciones lo hagan como mejor les convenga, aqui dejo alguna sugerencia por si alguno de nosotros no lo tenemos claro.
En Alemania funden plomo, en Argentina queman ninots, en Italia comen lentejas, en Polonia guardan las escamas del pescado de Nochebuena en la cartera... Todo vale para empezar 2014 con buen pie.
Una mesa con buenos manjares, preparada para la noche de fin de año.
¿Has preparado ya la lencería roja? ¿Pondrás un anillo dorado o
un fruto rojo en la copa de champán para brindar por el nuevo año? A la
hora de confiar en la buena suerte lo cierto es que todo vale.
Comerse las doce uvas al ritmo de las doce campanadas que marcan el final del año 'viejo' y el comienzo del nuevo año es una de las más conocidas. Aunque no siempre es fácil conseguirlo. De hecho, no es raro ver cómo cada uno tiene su ritmo a la hora de comer las uvas. "¡Me han sobrado dos!", "¡No me he comido ni la mitad"! "!Me he adelantado con los cuartos y no me ha quedado ninguna para las últimas campanadas!" ¿Te suenan estas frases? Lo cierto es que, aunque se identifica la prosperidad del nuevo año con el hecho de dejar el plato vacío con la última campanada, esto no quiere decir que hacer lo contrario traiga mala suerte. El ritual de las uvas puede ser más efectivos si se toman de pie, apoyándose sólo en la pierna izquierda para entrar en el año nuevo con el pie derecho
También se suele recomendar introducir en las copas de cava o champán con las que se brinda para celebrar la entrada del año elementos que garanticen que 2014 traerá dinero y amor. En el primer caso se dice que es bueno meter un anillo o un pendiente de oro en la copa para lograr éxitos económicos y en el segundo caso resultará útil introducir una fruta roja (fresas, cerezas, granos de Granada, frambuesa, guindas, picotas...) . Si lo que queremos es asegurar la fidelidad se debe sumergir en la copa un objeto de oro que haya sido regalado por la pareja o la alianza de boda, en el caso de que la pareja se haya casado.
Otro rito que llama a la riqueza y a la abundancia es recibir las campanadas con un billete (a ser posible verde, es decir de 100 euros o de un dólar, aunque no es imprescindible) en la mano y después introducirlo en un saquito verde y sellarlo con hilo verde para después guardarlo en un cajón que no se use habitualmente. Algunas personas también aconsejan poner bajo el plato de la cena de Nochevieja un billete del máximo valor que se pueda, que será el que luego tendremos en la mano al recibir el año nuevo.
AROMAS, FRUTOS Y COLORES
Los aromas también son muy útiles a la hora de atraer la paz, el buen rollo y la buena suerte. Si quieres atraer concordia y paz en tu hogar coge siete varas de canela en rama, ponlas a hervir media hora antes del final del año, cierra las ventanas y deja que tu casa se impregne del olor. También el aroma a basilisco protegerá de los males de ojo y de las malas vibraciones. El olor de eucalipto invita a la relajación y el alivio de tensiones. También para estimular actitudes mediante las cuales la persona pueda conseguir objetivos que tiene fijado. El olor a lavanda atrae buena suerte y proporciona climas idóneos para la comunicación. Y el sándalo ayuda a resolver los problemas financieros y de empresa. El romero ayuda a vencer los sentimientos de manía y odio hacia alguien.
Para ahuyentar la soledad y sentirse querido recomiendan en algunos blogs poner tres limones verdes en cada habitación a lo largo de día 31 y retiradlos sobre mediodía del día siguiente, el 1 de enero.
A la hora de pedir deseos recuerda que pueden cristalizarse si los anotas en tiras de papel rosa (si tienen que ver con afectos), rojo (si son asuntos de riesgo), morado (si estás pidiendo un cambio), amarillo (dinero) y verde para lo relacionado con la familia. Se guarda lo que queremos que se cumpla y se quema lo que queremos que desaparezca de nuestras vidas.
EN OTROS PAÍSES
También cabe destacar lo que suele hacerse durante el fin de año en otros países.HolidayCheck nos ha desvelado alguas de ellas a través de las experiencias de sus clientes viajeros las costumbres de Nochevieja más insólitas que se suelen llevar a cabo en algunos países para asegurar la buena suerte en el 2014.
Si quieres atraer la suerte al estilo escocés, recuerda que en Edimburgo se toman muy en serio el cambio de fecha. Durante cinco días -del 29 de diciembre al 2 de enero- celebran un festival conocido como 'Hogmanay'. Miles de personas participan en desfiles de antorchas, organizan juegos de luces y pirotecnia en el casco antiguo e inundan las calles de mercadillos y bailes celtas con Kilt. Además, en la noche del 31 se regalan whisky, un trozo de carbón y un bizcocho de pasas. Todo eso da buena suerte.
En Inglaterra en la noche del 31 de diciembre se cuentan los últimos diez segundos del año y cantan 'Auld Lang Syne' mientras brindan con champán. Es una canción del siglo XVIII del poeta Robert Burns, que se utiliza para despedir el año, despedirse de alguien cuando emprende un largo viaje, o despedir a un difunto en su funeral. Su estribillo dice: "¿Deberían ser olvidados los viejos amigos y los viejos tiempos? Por los viejos tiempos, amigo mío, por los viejos tiempos. ¡Tomaremos una copa de afecto por los viejos tiempos!"
Los alemanes aprovechan la última noche del año para predecir el futuro. ¿Cómo lo hacen? De un modo original. Funden plomo a la luz de una vela. Una vez derretido en una cuchara lo vierten a una cazuela con agua; al entrar en contacto con ésta el plomo adquiere formas caprichosas. El plomo se vende con una lista de interpretaciones: los trozos parecidos a un puño son un corazón y garantizan buena suerte en el amor, las flores indican nuevas amistades. Es una tradición similar a la de leer los posos del café. Esta práctica adivinatoria ya era habitual en la época de los romanos, expertos en la fundición de metales.
Los italianos aprovechan la Nochevieja para propiciar suerte en el amor con lencería sexy de color rojo, una tradición que también se sigue en España, pues es habitual que las tiendas aprovechen estos días para comercializar este tipo de lencería. Otra costumbre es que se deshacen de ropa y muebles viejos para dar cabida a lo nuevo, sobre todo en Nápoles y Roma, donde más de una vez han tenido que poner freno a través de normativas legales al ímpetu de lanzar trastos por la ventana. Para atraer suerte con el dinero comen lentejas en el último día del año. Ésta es otra tradición que tampoco resulta ajena a los españoles.
Los polacos se apuntan a algunas de las prácticas europeas en el ámbito del fetichismo festivo por Nochevieja. No sólo llevan ropa interior roja, además esconden en su monedero las escamas del pescado que cenan en Nochebuena para asegurar el éxito profesional el resto del año. Otra costumbre es intentar pagar todas las deudas y así encarar el año entrante libre de ataduras. Tampoco dudan de desprenderse de cosas viejas para dar cabida a todo lo nuevo en el nuevo año. Así, los últimos días del año se dedican a hacer una buena limpieza de armario.
En Francia la última noche del año si se besa a un desconocido (a) bajo un muérdago, se conseguirá esposo (a) en el siguiente año.
En Rusia por ejemplo, la cena del día último del año se conforma de lechón relleno de trigo negro o ganso relleno de manzana, además en la mesa generalmente se encuentran mandarinas que son sumamente apreciadas.
AL OTRO LADO DEL CHARCO
Y al otro lado del charco, en Argentina, cabe destacar que Buenos Aires, vista desde el cielo, se convierte en una gran falla la noche del 31 de diciembre. A las once de la noche los vecinos de los barrios de Ensenada y Berisso queman los momos, muñecos de papel maché muy parecidos a los ninots valencianos. Es su manera de desprenderse de lo malo ocurrido y dar la bienvenida al nuevo año.
Comer una cucharada de las lentejas en Nochevieja es una tradición en Chile, donde también está extendido el uso de ropa interior de color amarillo para atraer el amor. Hay una práctica adivinatoria del año nuevo que consiste en cascar un huevo en un vaso de agua la medianoche del 31 de diciembre y al día siguiente se interpreta su forma. Si se parece a una iglesia es que habrá boda y si hay círculos, dinero o cambios en lo personal, dicen los salvadoreños.
Pasear o correr con maletas en Nochevieja no es una prueba de atletismo urbano. Se trata de un ritual para que el año nuevo traiga muchos viajes, muy extendido en Colombia y seguido también por venezolanos, panameños, paraguayos, peruanos, chilenos, salvadoreños y costarricenses. Y si al salir de casa con las valijas se da un portazo, mucho mejor: se alejarán los malos espíritus.
Otra forma de acabar con lo malo es someterlo al fuego purificador. Se queman muebles y ropas viejas en Perú, Honduras y Ecuador. Se escribe en papelitos lo indeseable y se introducen en un muñeco al que se prende fuego, como hacen los campesinos de Colombia.
Comerse las doce uvas al ritmo de las doce campanadas que marcan el final del año 'viejo' y el comienzo del nuevo año es una de las más conocidas. Aunque no siempre es fácil conseguirlo. De hecho, no es raro ver cómo cada uno tiene su ritmo a la hora de comer las uvas. "¡Me han sobrado dos!", "¡No me he comido ni la mitad"! "!Me he adelantado con los cuartos y no me ha quedado ninguna para las últimas campanadas!" ¿Te suenan estas frases? Lo cierto es que, aunque se identifica la prosperidad del nuevo año con el hecho de dejar el plato vacío con la última campanada, esto no quiere decir que hacer lo contrario traiga mala suerte. El ritual de las uvas puede ser más efectivos si se toman de pie, apoyándose sólo en la pierna izquierda para entrar en el año nuevo con el pie derecho
También se suele recomendar introducir en las copas de cava o champán con las que se brinda para celebrar la entrada del año elementos que garanticen que 2014 traerá dinero y amor. En el primer caso se dice que es bueno meter un anillo o un pendiente de oro en la copa para lograr éxitos económicos y en el segundo caso resultará útil introducir una fruta roja (fresas, cerezas, granos de Granada, frambuesa, guindas, picotas...) . Si lo que queremos es asegurar la fidelidad se debe sumergir en la copa un objeto de oro que haya sido regalado por la pareja o la alianza de boda, en el caso de que la pareja se haya casado.
Otro rito que llama a la riqueza y a la abundancia es recibir las campanadas con un billete (a ser posible verde, es decir de 100 euros o de un dólar, aunque no es imprescindible) en la mano y después introducirlo en un saquito verde y sellarlo con hilo verde para después guardarlo en un cajón que no se use habitualmente. Algunas personas también aconsejan poner bajo el plato de la cena de Nochevieja un billete del máximo valor que se pueda, que será el que luego tendremos en la mano al recibir el año nuevo.
AROMAS, FRUTOS Y COLORES
Los aromas también son muy útiles a la hora de atraer la paz, el buen rollo y la buena suerte. Si quieres atraer concordia y paz en tu hogar coge siete varas de canela en rama, ponlas a hervir media hora antes del final del año, cierra las ventanas y deja que tu casa se impregne del olor. También el aroma a basilisco protegerá de los males de ojo y de las malas vibraciones. El olor de eucalipto invita a la relajación y el alivio de tensiones. También para estimular actitudes mediante las cuales la persona pueda conseguir objetivos que tiene fijado. El olor a lavanda atrae buena suerte y proporciona climas idóneos para la comunicación. Y el sándalo ayuda a resolver los problemas financieros y de empresa. El romero ayuda a vencer los sentimientos de manía y odio hacia alguien.
Para ahuyentar la soledad y sentirse querido recomiendan en algunos blogs poner tres limones verdes en cada habitación a lo largo de día 31 y retiradlos sobre mediodía del día siguiente, el 1 de enero.
A la hora de pedir deseos recuerda que pueden cristalizarse si los anotas en tiras de papel rosa (si tienen que ver con afectos), rojo (si son asuntos de riesgo), morado (si estás pidiendo un cambio), amarillo (dinero) y verde para lo relacionado con la familia. Se guarda lo que queremos que se cumpla y se quema lo que queremos que desaparezca de nuestras vidas.
EN OTROS PAÍSES
También cabe destacar lo que suele hacerse durante el fin de año en otros países.HolidayCheck nos ha desvelado alguas de ellas a través de las experiencias de sus clientes viajeros las costumbres de Nochevieja más insólitas que se suelen llevar a cabo en algunos países para asegurar la buena suerte en el 2014.
Si quieres atraer la suerte al estilo escocés, recuerda que en Edimburgo se toman muy en serio el cambio de fecha. Durante cinco días -del 29 de diciembre al 2 de enero- celebran un festival conocido como 'Hogmanay'. Miles de personas participan en desfiles de antorchas, organizan juegos de luces y pirotecnia en el casco antiguo e inundan las calles de mercadillos y bailes celtas con Kilt. Además, en la noche del 31 se regalan whisky, un trozo de carbón y un bizcocho de pasas. Todo eso da buena suerte.
En Inglaterra en la noche del 31 de diciembre se cuentan los últimos diez segundos del año y cantan 'Auld Lang Syne' mientras brindan con champán. Es una canción del siglo XVIII del poeta Robert Burns, que se utiliza para despedir el año, despedirse de alguien cuando emprende un largo viaje, o despedir a un difunto en su funeral. Su estribillo dice: "¿Deberían ser olvidados los viejos amigos y los viejos tiempos? Por los viejos tiempos, amigo mío, por los viejos tiempos. ¡Tomaremos una copa de afecto por los viejos tiempos!"
Los alemanes aprovechan la última noche del año para predecir el futuro. ¿Cómo lo hacen? De un modo original. Funden plomo a la luz de una vela. Una vez derretido en una cuchara lo vierten a una cazuela con agua; al entrar en contacto con ésta el plomo adquiere formas caprichosas. El plomo se vende con una lista de interpretaciones: los trozos parecidos a un puño son un corazón y garantizan buena suerte en el amor, las flores indican nuevas amistades. Es una tradición similar a la de leer los posos del café. Esta práctica adivinatoria ya era habitual en la época de los romanos, expertos en la fundición de metales.
Los italianos aprovechan la Nochevieja para propiciar suerte en el amor con lencería sexy de color rojo, una tradición que también se sigue en España, pues es habitual que las tiendas aprovechen estos días para comercializar este tipo de lencería. Otra costumbre es que se deshacen de ropa y muebles viejos para dar cabida a lo nuevo, sobre todo en Nápoles y Roma, donde más de una vez han tenido que poner freno a través de normativas legales al ímpetu de lanzar trastos por la ventana. Para atraer suerte con el dinero comen lentejas en el último día del año. Ésta es otra tradición que tampoco resulta ajena a los españoles.
Los polacos se apuntan a algunas de las prácticas europeas en el ámbito del fetichismo festivo por Nochevieja. No sólo llevan ropa interior roja, además esconden en su monedero las escamas del pescado que cenan en Nochebuena para asegurar el éxito profesional el resto del año. Otra costumbre es intentar pagar todas las deudas y así encarar el año entrante libre de ataduras. Tampoco dudan de desprenderse de cosas viejas para dar cabida a todo lo nuevo en el nuevo año. Así, los últimos días del año se dedican a hacer una buena limpieza de armario.
En Francia la última noche del año si se besa a un desconocido (a) bajo un muérdago, se conseguirá esposo (a) en el siguiente año.
En Rusia por ejemplo, la cena del día último del año se conforma de lechón relleno de trigo negro o ganso relleno de manzana, además en la mesa generalmente se encuentran mandarinas que son sumamente apreciadas.
AL OTRO LADO DEL CHARCO
Y al otro lado del charco, en Argentina, cabe destacar que Buenos Aires, vista desde el cielo, se convierte en una gran falla la noche del 31 de diciembre. A las once de la noche los vecinos de los barrios de Ensenada y Berisso queman los momos, muñecos de papel maché muy parecidos a los ninots valencianos. Es su manera de desprenderse de lo malo ocurrido y dar la bienvenida al nuevo año.
Comer una cucharada de las lentejas en Nochevieja es una tradición en Chile, donde también está extendido el uso de ropa interior de color amarillo para atraer el amor. Hay una práctica adivinatoria del año nuevo que consiste en cascar un huevo en un vaso de agua la medianoche del 31 de diciembre y al día siguiente se interpreta su forma. Si se parece a una iglesia es que habrá boda y si hay círculos, dinero o cambios en lo personal, dicen los salvadoreños.
Pasear o correr con maletas en Nochevieja no es una prueba de atletismo urbano. Se trata de un ritual para que el año nuevo traiga muchos viajes, muy extendido en Colombia y seguido también por venezolanos, panameños, paraguayos, peruanos, chilenos, salvadoreños y costarricenses. Y si al salir de casa con las valijas se da un portazo, mucho mejor: se alejarán los malos espíritus.
Otra forma de acabar con lo malo es someterlo al fuego purificador. Se queman muebles y ropas viejas en Perú, Honduras y Ecuador. Se escribe en papelitos lo indeseable y se introducen en un muñeco al que se prende fuego, como hacen los campesinos de Colombia.
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