lunes, 4 de enero de 2016

El último beso

El último beso es el más difícil, aunque parezca mentira es así.
Estuviste mucho tiempo diciendo que no te gustaba, que eras una mujer difícil, que a aquellas alturas de la vida no estabas para romances. Pero soy un hombre obstinado y seguí insistiendo, busqué información sobre tu horóscopo, me habías dicho en alguna ocasión que eras muy de tu signo, así que pensé: pues a ver cual es el punto débil de esta mujer, y creo que lo encontré.
Nada de agobiarte con edulcoradas palabras, una vez te dije guapa y casi me pegas, por ahí ya vi que no iba bien, aunque nadie me va a decir cómo tengo que verte y te veo guapa, lo quieras o no.
Empecé a cortejarte de forma distinta, sin hablar de amor, sin hablar de sentimientos, pero demostrándolos en cada palabra que te decía. Diciéndote que te cuidases, diciéndote que no corrieses con el coche, cosa que te gusta hacer y yo tanto temo.
Por eso me es tan difícil darte este último beso, que no sería mi último beso pero que sí es el tuyo, un último beso que no estoy dispuesto a dar de ninguna de las maneras.
Esta misiva es en respuesta a esas que me encuentro en internet y que sé que son para mí, así que usaré tus mismas armas, una carta, una carta en la que te expreso mi deseo de seguir como hasta ahora, crees que me estoy alejando de ti pero no es así, sencillamente te estaba dando tu espacio, según tu horóscopo necesitas sentirte libre y eso es lo que hacía.
Sé que te gusta una buena conversación y eso es lo que más me gusta de ti, aunque a veces me desesperes con tu forma de quitarte importancia, no te valoras y te ruborizas cuando lo hacen los demás. Cuántas veces te he dicho lo fantástica que eres y te has ruborizado de arriba abajo, dejando al descubierto ese punto infantil que tanto me agrada.
Hablando de juegos, ese es otro punto que adoro de ti, te va la marcha, o el juego, como quieras llamarlo y yo soy muy juguetón, me encanta buscar las pistas que me dejas en el correo, en twitter o en facebook, y que solo nosotros entendemos... y me dices que no eres inteligente, no señor, ese argumento no te lo compro, me ganas y pones a prueba muchas veces mi capacidad.
¿Cómo puedes decir que el de ayer fue nuestro último beso? Lo siento, no puedo darte ese beso que me pides. Quieres que sigamos como amigos, no, me niego, siempre quise algo más y si no puedo tenerlo todo no tendré nada, pero siempre quedará pendiente ese último beso.
Siempre tuyo.
Simón.




Teresa Mateo

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