domingo, 6 de julio de 2014

Diez libros para este verano


Diez libros para este verano


A ver, les he cogido diez libros variopintos para evitarles esa ansiedad prevacacional de qué me llevo para leer, que hace más daño de lo que parece a la natural alegría de irse de casa. Lo mismo para los que no se van y quieren aprovechar el asueto o el estío para consolarse o solazarse con la lectura, que tanto abriga en invierno como sombra da en verano. Leer es siempre resguardo, viaje, plan.
Además les he pillado libros que obligan a tomar postura o, si no quieren tanto, posturitas. Pero no ideológicas y tal, sino sentimentales, existenciales, de calibrar la propia vida y de medir el alcance. Un espejo, vamos (o un espejito). Ahí van:
Mercedes Cebrián"El genuino sabor"Mondadori. Es el único que no hemos reseñado todavía, pero lo haremos enseguida. La autora es de lo más interesante que podemos encontrar por estos pagos. En ocasiones, se desliza un poco, pero nada. Esta novela va de arraigos y desarraigos en este mundo fluctuante. Sobre todo del desarraigo de uno mismo, de naturaleza ensimismada. A veces uno cree que viaja, pero lo que hace es trotar sobre el propio terreno. Todo moderno y bien. Imaginación sin ataduras a la narrativa convencional.
Simone Weil"La condición obrera"Trotta. Traducción de José Luis y Teresa Escartín. Aquí se trata de mover el tarro con el asunto del trabajo y sus servidumbres. También se le puede llamar esclavitud y expolio. Es la desgracia contemporánea, pero no basta con saberlo o con meterle ideología: hay que pensarlo bien, porque afecta al cerebro y porque el sometimiento es lo primero que mata el pensamiento abstracto. Gran, grandísima filósofa, esta mujer que murió demasiado joven, apresurada toda su corta vida por decir lo que tenía que decir.
Yasushi Inoue"Furinkazan. La epopeya del clan Takeda"Sexto Piso. Traducción de Gustavo Pita Céspedes. Esta novela es una maravilla de acciones y reacciones, de sentimientos y contrasentimientos. Por lo general, el corazón se entera de muy pocas cosas y cree que libra batallas cuando en realidad sólo pelea contra la propia confusión. Epopeya del siglo XVI japonés, pero tampoco pasa nada si uno la compara o la introduce en la antiepopeya de nuestro tiempo. Ya no tenemos épica, pero a guerra no hay quien nos gane. Vean y comparen.
Alberto Ruy Sánchez"Quinteto de Mogador"Alfaguara. Para amantes de la sensualidad absoluta, sin complejos y sin gazmoñerías. Escritor delicado que se inventa una ciudad que existe realmente, pero que, como las de Calvino, al final no se sabe dónde está, si en la cabeza o lindando con las arenas del desierto. El volumen lo componen cinco novelas que son para leer despacio, bajo un cielo azul y un cierto aromá a té o a martini seco. Escritor especial que busca un lector especial, inteligente y de tacto fino. Los que sean de otra forma, aquí pueden entrenarse.
Matsúo Basho"Sendas de Oku"Atalanta. Edición de Octavio Paz y Eikichi Hayashiya. Qué es un haikú y por qué puede resultar terapéutico para mentes agobiadas por la eficiencia, impregnadas de velocidad, sumidas en la tarea ardorosa, faltas de atención para las pequeñas manifestaciones de la existencia. Si lo leen bien y predispuestos, una magnífica invitación a jugar este verano al descubrimiento de los sentidos y a la expansión de la mente, a cargo del gran maestro del género. No es necesario ser japonés ni budista para disfrutarlo, sólo hay que poner un poco de intensidad en la diversión.
James Salter"Todo lo que hay"Salamandra. Traducción de Eduardo Jordá. Huy, el corazón otra vez. El corazón es una cosa muy rara, que un día se echa a temblar o a anhelar y ya no para. Te vas a la guerra, vuelves de la guerra y cuando parece que ya todo va a ser paz, hay una cuerda que sigue vibrando, que te deja vivir a medias el presente o que lo vuelve insuficiente todo el rato, sin que sepas por qué ni para qué. El desconcierto forma parte del alma humana, y esta novela lo cuenta del derecho y del revés. El autor, por lo demás, va al grano, sin aspavientos literarios.
James Agee"Algodoneros"Capitán Swing. Traducción de Alicia Frieyro. Para bien o para mal, todos vivimos en una civilización, lo que pasa es que hay civilizaciones que matan. La nuestra se jacta mucho de la dignidad y del derecho, pero lo cierto es que esconde unas cloacas así de grandes. Esta es la historia de familias algodoneras de mediados de siglo en el Estados Unidos profundo, allí donde no llegan ni las proclamas. James Agee, novelista y gran reportero escribió el relato verdadero, y por pavor lo tuvieron escondido hasta hace unos años.
Guadalupe Nettel"El matrimonio de los peces rojos"Páginas de Espuma. Los animales y la gente se parecen mucho, pero no porque la naturaleza les haya dotado de semejanzas. La semejanza es proporcionada por la vida juntos, las penas juntos, pues al final las personas son correlatos de sus animales y se supone que viceversa. Que el alma de uno se encuentre en la de su gato no hace que sea menos suya. Guadalupe Nettel presenta en este volumen algunos cuentos estremecedores, no todos ellos perfectos, pero sí inspiradores.
Ricardo Menéndez Salmón. "Niños en el tiempo"Seix Barral. La infancia no es un acontecimiento, sino un territorio de pérdidas, de conocimiento sofocado, de mundos fracturados. Ahí empezamos a conocer la muerte y el amor, mucho antes de que tengamos la capacidad de reflexionar y hacer discursos sobre tales temas. Esa experiencia vívida y completa de los primeros tiempos no se vuelve a repetir, y a la palabra no le queda otra que tratar de regresar a ella. No todo el libro de Menéndez Salmón es muy encomiable, pero al menos no se pasen la infancia de Jesús.
Karl Ove Knausgard"Un hombre enamorado"Anagrama. Traducción de Kirsti Baggethun y Asunción Lorenzo. Si quiere enterarse de cómo se vive en una sociedad nórdica del bienestna de creadores y bienpensantes, o sea, de plúmbeos narcisos, esta novela es obligatoria. Por lo demás, dice mucho de los ideales de este mundo nuestro y de los trastornos de personalidad a que conduce. No estoy muy seguro de que Knausgard se haya enterado de todo el asco que hay en sus páginas, pero es indudable que traza una magnífica guía. También es verdad que el aspecto de la cosa depende mucho de la postura del lector.

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